Wednesday, October 11, 2006

Si hay una innovación que ha marcado la década de los 90 y cuyo desarrollo revolucionará nuestra forma de vida en el siglo XXI ese es Internet. La red de redes tiene la particularidad que permite un comunicación interactiva entre el usuario y la persona o entidad teniendo como intermediario al ordenador. Así no se trata de un medio de comunicación pasivo (como la televisión o la radio), sino activo, en el que es el usuario quien decide en cada momento los contenidos a los que quiere acceder. Estos contenidos son tan ilimitados como cosas o ideas existen en el mundo: sexo, noticias, charlas, diversión y perversión, todo tiene cabida en la red. Digamos entonces que puesto que no hay nada nuevo bajo el sol, se trata sobre todo de una revolución en la accesibilidad: uno puede acceder desde su casa a servicios de compras, viajes, espectáculos, juego e incluso prostitución sea donde sea el lugar del mundo donde habite. Es evidente que Internet está produciendo un rápido cambio en las costumbres y modos de vida de las personas, ya que en cierto sentido está modificando la forma en que nos relacionamos unos con otros. Kraut y cols. [1] examinaron el impacto de Internet sobre 169 personas en 73 hogares, encontrando que un gran uso de Internet estaba asociado con un decremento en la comunicación con los miembros de la familia en el hogar, un decremento en el tamaño de su círculo social y un incremento en su depresión y soledad.A lo largo de la historia siempre ha habido alarmistas que pregonan los peligros de cada nueva innovación que surge, así ocurrió con la televisión, el cine, los automóviles o la música rock. Del mismo modo hay cierta tendencia a atribuirle a Internet propiedades insanas. Es misión de los profesionales de la salud mental examinar cuidadosamente estos nuevos comportamientos que tienen lugar en el ciberespacio, evitando la tendencia a patologizar comportamientos inusuales, para determinar si existe algún peligro de forma objetiva. Internet es una herramienta a la que se le atribuyen innumerables ventajas para la educación, el comercio el entretenimiento y en ultima instancia para el desarrollo del individuo. La participación en grupos virtuales nos permite interaccionar con gente con nuestros propios intereses donde sea que estén ubicados físicamente. Sin embargo a Internet también se le atribuyen propiedades negativas. En el estudio de Kraut y cols. [1] se llegó a la conclusión de que Internet contribuía a reducir el círculo social y afectaba al bienestar psicológico, desplazando la actividad social y reemplazando los lazos de unión fuertes por otros más débiles. Las amistades creadas en la red parecen ser más limitadas que las respaldadas por una proximidad física. En este artículo se analiza el impacto de Internet en el desarrollo de nuevas psicopatologías examinando tres trastornos y su relación con Internet: el trastorno de adicción a Internet, la ludopatía y la pedofilia.

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psicoterapia y coaching, clínica internet