El experimento de Microsoft que convertirá el cuerpo humano en un control remoto
Skinput es el nombre de uno de los sistemas más revolucionarios preparados por Microsoft.
por Axel Christiansen. San Francisco
Hay un equipo en el edificio 99, considerado el más avanzado de todos. Se trata de Microsoft Research, fundado en 1991, cuyo único objetivo es ir más allá de los límites de la tecnología y algún día traspasar eso a productos reales.Para un visitante experimentado, no es difícil perderse dentro de las inmensas intalaciones de Microsoft en Redmond, Estados Unidos, lugar donde hace 35 años se instalaron las primeras oficinas de la compañía. Hoy, el complejo cuenta con más de 100 edificios diferentes, donde 39.824 personas trabajan para desarrollar las tecnologías que en el corto o largo plazo terminarán llegando a nuestras manos.
Hoy, la obsesión del equipo son los sensores y ver qué tipo de cosas nuevas pueden realizarse con la información recolectada del ambiente. La idea más revolucionaria se llama Skinput, un sistema que en unos años más significaría el fin de la dependencia de los dispositivos físicos.
Al ritmo del cuerpo
La idea de Skinput surgió cuando el equipo decidió investigar una forma en la cual los sistemas de pantallas táctiles supieran qué dedo las estaba tocando. Así comenzaron a experimentar con sensores bioacústicos que miden tanto la electricidad que se genera cuando se golpea una parte del cuerpo como la frecuencia que genera el golpe y que "mueve" la piel.
De esta forma, se logró crear un sistema capaz de detectar no cuando se golpea en un brazo o pierna, sino que también en qué parte se golpea y con qué intensidad. Las primeras aplicaciones, como suele ser en este tipo de laboratorios, se probaron con juegos. Colocándose una serie de sensores fue posible jugar Tetris o Guitar Hero golpeando los dedos como si fueran botones de un joystick.
El resultado fue un éxito y de inmediato se llevó a un nuevo nivel. ¿Qué pasaría si, teniendo ya los sensores, fuera posible colocar una pantalla en la piel? La solución fue sencilla. Con un microproyector, el equipo fue capaz de mostrar el contenido de una pantalla táctil en el brazo de una persona, convirtiendo su cuerpo en un gadget.
Las aplicaciones del sistema ahora van más allá que la entretención. Portando un brazalete o un reloj que contenga estos sensores, una persona podría, por ejemplo, cambiar la canción de su reproductor musical sin mirarlo, tan sólo tocando la palma de su mano con un dedo específico. O bien, hacer una llamada telefónica pinchando el antebrazo. Incluso, se habla de habilitar este sistema para ayudar a personas con poca movilidad para acceder a información en un PC.
¿Cuáles son las chances de que un sistema de este tipo pueda, efectivamente, llegar a la realidad algún día? Henrique Malvar, uno de los directores de Microsoft Research, señala que cerca del 20% de los proyectos concebidos llegan, de alguna u otra manera, a formar parte de algún producto de Microsoft. "Para nosotros es el porcentaje ideal: si fuera menos no seríamos rentables, pero si fuera mayor, no estaríamos llevando la tecnología al límite", explicó.
En Microsoft Research trabaja con un plazo de cinco a 10 años, en los que sus productos podrían estar finalmente aplicados a algún proyecto, y Malvar cree que Skinput se ajusta a la filosofía de productos como Kinect, en los que se busca liberar al usuario de las interfaces y cambiar el concepto de pantallas.
Uno de los sistemas diseñados dentro de este laboratorio y que está teniendo aplicaciones fuera de los edificios de Microsoft es "SenseWeb", un sistema de sensores diseñados para medir el calor emitido por los servidores de la empresa para poder optimizar el uso de la energía y que finalmente llegó a manos de investigadores climáticos y que ahora se utilizan para generar mapas de calor para medir el derretimiento de glaciares o los cambios de la selva amazónica.
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