Thursday, May 05, 2011


Los juegos están cargados de prejuicios, ya sea por el sobrepeso asociado al sedentarismo de los niños frente a las pantallas, el exceso de violencia en algunos caso o bien el gasto innecesario por los altos precios de estos productos. Aún así, hay un área que pocos recuerdan, valoran y reconocen: los videojuegos también te ayudan a aprender.
Un año después del lanzamiento de la consola Wii de Nintendo, sale a la venta Big Bran Academy en 2007. ¿Lo jugaron alguna vez? Característico de esta consola, la idea del juego es generar la máxima participación de la familia. Con capacidad de participación de hasta 8 jugadores, el juego invita a realizar pruebas de intelecto a través de memoria, matemática y agilidad. La idea es simple, quién logra el mayor puntaje en cada competencia gana. El juego también tuvo su versión para la portátil Nintendo DS.
Con juegos como esos fue que la Wii fue tildada una consola familiar o “para niñitas”, como dicen algunos gamers por ahí. Pero había algo más de valor en esta propuesta comercial.
Creo que a pesar de que han transcurrido ya 4 años, este tipo de juego para alguien de 7 años es motivador. Lo fue para mí con 20 años, claramente para alguien menor es una herramienta que se debe sacar el máximo de provecho. Y así lo consideran algunos expertos en el otro lado del cono.
De acuerdo con la Universidad de Stanford, en EE.UU., los videojuegos tienen aún más potencial en esa área, pero pocos se han aventurado a explotarlo del todo. Según el Director del Instituto H-Star, Keith Devlin, de aquella universidad, es en temas relacionados con las matemáticas donde se debe rescatar el uso de este tipo de herramientas.
Pero en Chile no estamos de manos cruzadas. Instituciones educacionales como la Universidad del Pacífico y la Universidad Santo Tomás, han tomado cartas en el asunto y hoy se han transformado en líderes en la materia. Ahora, ¿serán tan buenas sus ofertas?, ¿generan el impacto necesario para llegar a el público objetivo? Y lo más importante, ¿se aprende en el proceso realmente?
Para todas esas interrogantes, esta semana conversé con Marco Bocaz, Director de la Escuela de Animación Digital y Diseño de Videojuegos de la Universidad del Pacífico.
Gracias a los fondos concursables y la cuarta versión de “Tecnología de información y comunicación para educación”, proyectos como Kokori y Vidahc 2 tienen vida.
Ambos proyectos salieron a la luz a finales del año pasado y de a poco se han transformado en fuentes de inspiración para niños que buscan adquirir conocimiento a través de la ciencia.
Kokori (Kokori.net) es un proyecto apoyado por ACE Team, creadores de uno de los juegos fabricados en Chile más populares, Zeno Clash. El juego busca fomentar la colaboración y competencia entre compañeros, para aprender sobre biología celular y contenidos educativos relacionados con esa área.
Según, Marco Bocaz, estos juegos son la herramienta correcta para aprender y la idea es generar más juegos, idealmente descargables desde la web y disponibles para dispositivos móviles. Y todo aquí tiene un fin claro, el aprendizaje dinámico del alumnado nacional.
¿Lograrán los desarrolladores chilenos concretar la misión de educar y entretener? La verdad es que les deseo toda la suerte del mundo y no sólo por mejorar el aprendizaje, también es para desmarcar a los usuarios de videojuegos como personas que gustan de perder el tiempo, que tienen sobrepeso y carecen de facilidades sociales. Los juegos siempre serán mucho más que entretención.

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