En un caluroso día de verano, 15 años atrás en Parma, Italia, un mono se sentó en una especial silla de laboratorio esperando que los investigadores retornaran del almuerzo. Unos delgados alambres habían sido implantados en la región de su cerebro relacionada con la planificación y la realización de movimientos.
Cada vez que el mono tomaba y movía un objeto, algunas células en esa región del cerebro se dispararían, y un monitor registraría un sonido: brrrrrip, brrrrrip, brrrrrip.
Un estudiante graduado entró al laboratorio con un cono de helado en su mano. El mono lo miró. Entonces algo asombroso sucedió: cuando el estudiante levantó el cono hacia sus labios, el monitor sonó - brrrrrip, brrrrrip, brrrrrip - aunque el mono no se había movido, sino simplemente había observado al estudiante tomando el cono y moviéndolo hacia su boca.
No comments:
Post a Comment