Tuesday, July 27, 2010

¿De qué manera la emoción y el sentimiento desempeñan un papel en la toma de decisiones?


Las emociones y los sentimientos son agentes indispensables en el proceso de razonar porque, a medida que se acumula experiencia personal, se forman categorías diversas de situación social.

Este conocimiento almacenado en nuestra memoria incluye:

1. Los datos del problema presentado
2. La opción elegida para resolverlo
3. El resultado real de la solución
4. El resultado de la solución en términos de emoción y sentimiento (de manera notable)

Nuestro bagaje de saber acumulado y nuestra capacidad de comparar el pasado con el presente han abierto la posibilidad de preocuparse por el futuro, de predecirlo, anticiparlo en forma simulada, intentar modelarlo de una manera tan beneficiosa como sea posible.

Canjeamos la gratificación inmediata y diferimos el placer inmediato por un futuro mejor, y hacemos sacrificios inmediatos sobre la misma base.

Cuando una situación que encaja en el perfil de una determinada categoría es revivida en nuestra experiencia, desplegamos de forma rápida y automática las emociones apropiadas.
Una sensación visceral puede hacer que uno evite tomar una opción que, en el pasado, ha tenido consecuencias negativas, y puede hacerlo antes que nuestro propio razonamiento regular, que nos dice precisamente el mismo ‘No lo hagas’”.

Las emociones y los sentimientos no poseen una bola de cristal para ver el futuro.
Sin embargo, desplegados en el contexto adecuado se convierten en presagios de lo que puede ser bueno o malo en el futuro cercano o distante. El despliegue de estas emociones/sentimientos anticipatorios puede ser parcial o completo, manifiesto o encubierto.

La señal emocional no es un sustituto del razonamiento adecuado.

Posee un papel auxiliar, que aumenta la eficiencia del proceso de razonamiento y lo hace más rápido. En ocasiones puede hacer que dicho proceso sea casi supérfluo, como cuando rechazamos de inmediato una opción que conduciría a un desastre seguro o, por el contrario, nos lanzamos a una buena oportunidad que cuenta con una elevada probabilidad de éxito.

La toma de deciones normal usa dos rutas complementarias.

La ruta B opera en paralelo y promueve la activación de experiencias emocionales previas en situaciones comparables. A su vez, la rememoración del material emocionalmente asociado, ya sea patente o encubierto, influye sobre el proceso de toma de decisiones al forzar la atención en la representación de consecuencias o interferir en las estrategias de razonamiento. De vez en cuando, la ruta B puede conducir directamente a una decisión, como cuando una corazonada impele una respuesta inmediata.

Sugiere imágenes relacionadas con la situación.

Sugiere las opciones para las decisiones.

Representa los resultados futuros.

Promueve la activación de experiencias emocionales previas en situaciones comparables.

En conclusión, las emociones más que racionales, son razonables, es decir, las emociones nos ayudan a tomar decisiones apropiadas ya que asocian acciones o resultados que resultan beneficiosos o perjudiciales.

Las señales emocionales recordadas no son racionales en y por sí mismas, pero promueven consecuencias que podrían haberse obtenido racionalmente.



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