Aunque el mentalista es un ilusionista más, el público no siempre lo ve de esa manera. Y esa mirada diferente es precisamente uno de los pilares que persigue y reforzará. Como primera medida, buscará diferenciarse de los magos simulando que él no recurre a trucos y que su única herramienta es el “poder de la mente”. Al final del show te dirá “Todo lo que has visto es producto de tu imaginación. ¡No le des más vueltas! No tiene sentido”. O sea: “Les asombraste al presentarles un fenómeno extraño. Ahora les dejas atónitos al decirles que no den crédito a lo que vieron, osea que no vale el ver para creer.” Es un tema profundamente epistemológico y políticamente contingente. Se relaciona con el marketing, los estudios de mercado, las técnicas de persuación, los jefes de prensa, las líneas editoriales de la mass media. El ideólogo más influyente en la actual situación internacional no es otro que Goebbels, ministro de propaganda del movimiento nazi, que vio claramente la importancia del cine como medio de control de las conciencias, y trató de desarrollar una política en esa dirección. Goebbels estaría hoy admirado y satisfecho de que casi todos los postulados y métodos que había preconizado hubiesen sido tan perfeccionados. Jorge Orrego.