¿Cómo te sientes?
¿Qué sentimientos experimentas?
¿Cómo crees que se siente el otro o los otros afectados?
¿Qué pasó exactamente?
¿Qué pasó antes?
¿Y después?
¿Qué hiciste?
¿Cuál es el origen del problema?
¿Qué te habría gustado que sucediera?
¿Qué te gustaría que sucediera ahora?
¿Cuáles son tus objetivos?
¿Qué has pensado que puedes hacer?
¿Puedes hacer más cosas?
¿Intenta ver qué pasaría si haces lo que has pensado?
¿Qué podría pasar?
¿Qué podrían hacer los demás involucrados?
De las acciones pensadas, ¿Cuál es la mejor para aplicarla primero?
¿Cuál crees que te llevará a conseguir el objetivo deseado?
¿Cómo vas a ejecutar la acción elegida?
¿Que harás si las cosas no salen como tú esperas?
¿Qué posibles inconvenientes o trabas puedes encontrar?
Advierto qué ha sucedido, y ahora ¿qué?: Este último punto es el que evalúa los resultados de nuestro plan.
Nada garantiza su éxito, pero del fracaso deben obtenerse conclusiones interesantes, para volver a empezar un nuevo STOPP SPA.
Otro aspecto a favor del plan STOPP SPA, es que nos obliga a detenernos a pensar un problema, evitando que nos dejemos llevar por la presión del momento (ira, incertidumbre, nerviosismo, frustración, miedo...).
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