Cuando cambiamos de rol, el mundo entero cambia con él. Todos participamos de múltiples redes sociales y cada uno de ellas contribuye a constituirnos en un tipo particular de rol-perceptor-participante y promueve en nosotros determinadas acciones, inhibiendo otras. Estamos influenciados por los juegos en los que participamos y por las posiciones que ocupamos en su interior.
No es extraño reconocer que al cambiar de un juego a otro, vemos aparecer comportamientos y habilidades que en el sistema anterior eran inimaginables o vemos desaparecer comportamientos que antes nos eran habituales. Controlamos nuestra conducta presente por el futuro que anticipamos y deseamos en diversos grados, y lo mismo que respondemos al tajo de un cuchillo antes de que éste nos corte, asumimos roles anticipando las reacciones de otros, con el fin de evitar ansiedades y de alcanzar los fines deseados.
Una meta fundamental de nuestros proyectos puede ser el punto que ordena nuestra conducta presente. Realizar el equilibrio en el desequilibrio quizás significa el constante armonizar nuestros distintos roles, como si fueran diversas cuerdas de un correcto acorde guitarra, tocando con otros instrumentos.
No sólo se produce una inversión causal cuando la causa de nuestros roles no sólo viene del futuro anticipado, sino también el alfabetismo occidental y la visión, a configurado maneras de percibir y razonar, que a diferencia de las sutiles distinciones que se puede realizar a través de la percepción del sonido o la música, hace difícil el pensar la persona como una y múltiple a la vez.
No comments:
Post a Comment