Entrevistador: Gracias por estar aquí, Jorge Orrego.
Empecemos hablando sobre esa época particular en la universidad. Su primer año
suena bastante intrigante. Cuéntenos más sobre eso.
Jorge Orrego: Gracias por tenerme. Mi primer año
universitario fue, sin duda, un período de intensa transformación. El año
anterior, durante el preuniversitario, experimenté con drogas psicodélicas.
Luego, en la universidad, tuve la suerte o, debería decir, el desafío de tener
como profesor a uno de los mejores epistemólogos de Chile. La combinación de la
filosofía de la ciencia, drogas psicodélicas y una mente joven fue, sin duda,
explosiva.
Entrevistador: Parece que eso desencadenó una serie de
decisiones y reflexiones. ¿Qué pasó después?
Jorge Orrego: Sí, exactamente. Impulsivamente, decidí dejar
la carrera para estudiar música y dedicarme un año a recorrer libros y
bibliotecas. De esa etapa nació mi libro "La droga absoluta", que
está en Amazon. Gracias al apoyo financiero de mis padres, tuve el lujo de
sumergirme en mis pasiones. Pero pronto me di cuenta de que necesitaba
reenfocar mi vida y volver a estudiar.
Entrevistador: A pesar de regresar a los estudios, su pasión
por la filosofía parece haber continuado. ¿Cómo fue esa experiencia?
Jorge Orrego: Continuamente me encontraba atraído por temas
como la filosofía de la ciencia, el budismo, Zen y la Gestalt. De hecho, empecé
a ir a terapia y talleres de Gestalt, gracias y auspiciado por mi abuela, a quien yo llamaba
"mami" porque realmente era como una madre para mí. Sin embargo, me
encontraba en conflicto. Mientras encontraba la filosofía de la Gestalt
fascinante y devoraba libros sobre el tema, los terapeutas insistían en vivir
el presente y en la experiencia directa, en lugar de quedarse atrapado en
teorías.
Entrevistador: Suena como un desafío constante entre la
teoría y la práctica. ¿Cómo logró encontrar un equilibrio entre ambos?
Jorge Orrego: Esa fue la parte difícil. A pesar de mis
profundas reflexiones y de sumergirme en la filosofía, seguía siendo
desorganizado y propenso a comenzar cosas que no terminaba. Encontrar un
equilibrio sigue siendo un trabajo en progreso, pero es un viaje que valoro por
todas las lecciones aprendidas.
Entrevistador: Sin duda, su viaje es una mezcla de
introspección, aprendizaje y autodescubrimiento. Gracias por compartirlo con
nosotros, Jorge.
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